Con los años, la vida de Ester era bastante monótona. Dejó su empleo
al casarse, Damián, su esposo la idolatraba, se desvivía por ella, quiso hacer de ella su reina, y así fue, él tenía un buen empleo,
muy bien remunerado, por lo que ella no necesitaba salir a trabajar, aunque era una mujer inquieta y con las tareas del
hogar no le bastaba, Éster era esteticista, a los tres años de su boda, Damián
la sorprendió abriéndole un pequeño salón de belleza.
En pocos meses, el centro se le quedaba pequeño, Ester era muy buena en su oficio, por lo que necesitaba ayuda, pensó que estaría bien ampliar los servicios del salón, además de dedicarse a la Estética, también Peluquería ,con una pequeña reforma buscarían una peluquera, con conocimientos de Estética , entre las dos llevarían el negocio, a Damián le pareció buena idea, todo lo que a ella la hiciera feliz a él también, se amaban cada día más, cada uno era la pieza que encajaba en el puzle del corazón del otro. A la semana de publicar el anuncio, comenzaron a llegar personas interesadas en ocupar el puesto, todos muy cualificados, pero destacaba José Luis, un atractivo cincuentón, recién llegado del norte, acababa de pasar por un divorcio traumático, su ex esposa, le hacía la vida difícil, por lo que decidió dejar Bilbao y trasladarse a Barcelona, donde vivía su hermana menor, Éster lo consultó con su esposo, a él le pareció bien, José Luis fue contratado.
En seis meses, el salón era el más visitado de la zona de Gracia, entre los dos, hicieron de el en un centro glamuroso, a precios asequibles, algunas señoras, comenzaron a frecuentar el salón por José Luis, pero ante los resultados, se quedaban como clientes fijas, al año se plantearon aumentar la plantilla, por lo que contrataron a una chica, durante unas horas. Con José Luis parecía que había salido el sol en el negocio, entre Ester y José Luis, nació una estrecha amistad, algo que a él le fue muy propicio para acabar de remontar su equilibrio emocional, pues hasta su llegada al centro de Ester no veía salida en su estado depresivo, allí encontró empleo y una buena amiga.
Pero no todo en la vida de Ester brillaba, su esposo enfermó gravemente, el apoyo de José Luis en aquellos momentos, la ayudó a seguir a flote, en dos meses ,Damián moría y la alegría de Ester con él, era el amor de su vida ,los años compartidos vivieron un amor de ensueño, no existían palabras para definir cuanto se amaban. Damián era un hombre de carácter, pero Ester siempre lo suavizó, tuvieron sus diferencias, como cualquier pareja, nunca una mala palabra, un grito, dialogando pacientemente, todo se arreglaba enseguida, en aquellos momentos Ester no se sentía con fuerzas para nada, llegó a pensar en abandonar todo.
A la semana del fallecimiento de Damián, José Luis visitó a Ester, él opinaba que lo mejor es que ya regresará al salón, le vendría bien mantenerse ocupada y él se quedaría más tranquilo teniéndola cerca, el hombre sufría al pensar que estaba sola en su casa, aunque él la llamaba por teléfono diariamente y sus familiares estaban pendientes de ella. Esa tarde Ester abrió el salón, parecía una muñequita de porcelana, intentaba sonreír, pero el dolor se reflejaba en su rostro, estaba agotada.
Con la ayuda de José Luis y Damián en su mente, Ester, poco a poco, se repuso, todas las mañanas, era la primera en llegar y la última en marchar. Poco a poco la amistad entre José Luis y ella estaba cambiando, algo más profundo les unía, pero Ester no se daba cuenta.
El tiempo pasaba y ellos eran ya inseparables, comenzaron saliendo a cenar los viernes noche, al cierre del salón, eran cenas entre compañeros o entre dos corazones que se estaban enamorando. Ella se convencía que José Luis, era simplemente su gran amigo, el que tanto la ayudó, para él Ester ya era su amor y no podía seguir guardando aquel sentimiento.
El sábado era el cumpleaños de Ester ,José Luis quería sorprenderla con algo especial y hablarle claramente, reservó mesa en un restaurante frente a la playa, en los bajos del Hotel del Mar, un lugar precioso ,cenarían casi tocando el agua, un lugar muy romántico y de alta gastronomía, quedó en recogerla a las nueve, a su llegada, ella estaba preparada, la vio más hermosa que nunca, su rostro comenzaba a resplandecer.
El menú era exquisito, Éster no dejó de sonreír ,era feliz después de tanto tiempo, a los postres, una sorpresa para Ester ,el grupo musical que amenizaba el local, le dedicó su canción favorita, una vieja melodía de un cantante italiano, emocionada la tarareaba, al acabar, José Luis le propuso dar un paseo hasta el balcón frente al mar, caminaban charlando amenamente, él ,instintivamente, la cogió de la mano, así caminaron hasta llegar al semicírculo del balcón, a la luz de la luna, José Luis, la rodeo por la cintura y le abrió su corazón Ester miró al cielo, como esperando la aprobación de Damián, acercó su labios a los de José Luis, fundiéndose en un apasionado beso enamorado ,donde estuviera Damián les observaba contento, Ester encontró nuevamente el amor, la vida le dio una segunda oportunidad de amar.
Magda Jardí
©Derechos reservados
©Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario