Nicolás desde la juventud se prometió disfrutar de la vida como si fuera el último día. Su infancia fue difícil, era el pequeño de cinco hermanos, el padre era alcohólico, llegaba a casa gritando, empleando adjetivos despectivos hacia los pequeños y la madre, a la que cuando aparecía con ganas de fiesta, prácticamente la arrastraba a la habitación, sin importarle que sus hijos escucharan las barbaridades que le decía a la pobre mujer y los sollozos de esta, suplicando que no le hiciera daño, incluso que dejara de golpearla. Nicolás la recordaba siempre asustada, era una menuda mujer que aparentaba casi el doble de los años que tenía, empleada de hogar en una casa adinerada, trabajaba por dos personas ganando un sueldo miserable, pero gracias a ello, sus hijos se alimentaban decentemente, pues su esposo gastaba más de la mitad del salario en bebida, había semanas que le duraba la borrachera dos y tres días, acabaron despidiéndole. La situación familiar empeoró , todos los chicos dejaron el colegio y buscaron trabajo, había que sacar la casa adelante e impedir que ese hombre al que llamaban padre, en un arrebato cometiera alguna atrocidad, tal y como sucedió.
Una mañana salió a ver un trabajo que su primo le encontró, pero se dejó llevar por su carácter iracundo, le pareció degradante trabajar de mozo en un almacén, él era yesero de oficio, salió del lugar como una furia tras agraviar el propietario, de camino a casa entró en unos cuantos bares, llegó a su hogar más bebido que nunca, ensañándose con su esposa y el pobre Nicolás que acababa de llegar del trabajo, los gritos se escuchaban en toda la calle, el muchacho tratando de proteger a su madre, recibió una brutal paliza, a ella de un empujón la tiró al suelo golpeándose en la cabeza quedando inconsciente, Nico, intentaba acercarse al teléfono, iba a llamar a emergencias, cuando llegó la policía avisada por un vecino, su padre fue detenido y su madre ingresada en un hospital, donde permaneció tres semanas, durante el ingreso, orientada por servicios sociales, y tratada por un psicólogo, denunció a su esposo por maltratador físico y emocional, lo condenaron a unos años en la cárcel y ya no supieron más de él.
Desde ese momento, la lucha fue dura en su casa, pero estaban unidos y en paz. Sus vidas cambiaron, pero su infancia ya no regresaría. Los cuatro chicos mayores se casaron pronto, Nicolás se quedó con su madre hasta que esta falleció, con diecisiete años ya era todo un hombre, trabajador y noble, pero sin esperar nada de la vida, tan solo vivirla a su manera.
Durante la semana acudía a su trabajo en una empresa de mantenimiento, como cualquiera de sus compañeros, trabajaba las horas que fueran necesarias, no le gustaba dejar nada a medias, era muy responsable y meticuloso. el fin de semana, era otro hombre, se transformaba en un juerguista, seductor, en ocasiones daba la sensación de ser un truhan, a menudo cambiaba de chica, era muy bien parecido y palabra fácil, eran ellas las que iban tras él, alguna llegó a creer que podían tener algo serio, pero Nicolás tardaba poco en aclarar la situación y ahuyentarlas, no pensaba atarse a una sola mujer, se movía entre distintos locales y ambientes, por lo que si se le complicaban las cosas, desaparecía. Así vivió hasta los casi los treinta y cinco, era el rey de las noches y el que había roto más corazones e ilusiones.
Un día, en su trabajo, lo enviaron a una mansión de la zona alta de la ciudad, donde vivía la familia Sneider , allí conoció a Úrsula, una hermosa mujer, hermana del propietario. Al verla, despertó en el la necesidad de saber más de ella, sabía que no le sería fácil, pero por primera vez no veía a una mujer como un pasatiempos, aunque aquella era inaccesible para él. Úrsula recién llegada de Alemania, se acababa de divorciar, esperaba empezar de cero en Barcelona, permanecería un tiempo con su hermano, mientras se adaptaba a su nueva vida. Nicolás la sorprendió mirándolo, complacida, en apariencia interesada por el, pero no lo tomó en serio, aunque pensó en esperar a ver qué pasaba, si solo buscaba diversión eso tendría, el tampoco, hasta el momento, ofreció nada más.
Pasaban los días, a Nicolás aún le faltaba bastante para acabar con la tarea en la mansión, Úrsula, llegaba de su trabajo en la empresa de su hermano, cambiaba su ropa formal por un atuendo más cómodo y ligero, salía al jardín, allí estaba Nicolás, le saludaba con su dulce sonrisa, sentándose en césped, ofreciendo a Nicolás un refresco, buscando conversación, era ya una rutina. Nicolás se siente muy atraído por aquella mujer de cabello negro y ojos verdes, es tan diferente a todas las que él ha tratado, no lo piensa más, si lo rechaza pues pasará página, la invitaría a salir, a pesar de ser humilde, sabia tratar a una mujer como Úrsula, y así lo hizo, ella aceptó verle el viernes noche, Nico no podía creerlo.
El viernes, a la hora acordada Nicolás espera a Úrsula en la entrada de la mansión, parecía otro, a los cinco minutos sale ella, estaba impresionante, vestida con una blusa rosa y una falda corta blanca, le dedicó una de sus hermosas sonrisas y entró en el coche, el muchacho se preguntaba que buscaría una mujer como ella, de un hombre como el, pero prefirió que la respuesta llegara por si sola. La llevó a cenar a un restaurante de moda en el centro de la ciudad, lo frecuentaban futbolistas y gente del mundo del espectáculo, a Úrsula le fascinó, Nicolás de tanto en tanto cenaba allí con sus amigos. Pasaron una velada maravillosa, después, a Úrsula le apetecía dar un paseo a la luz de la luna, caminaron charlando animadamente , a Úrsula sugirió visitar el Barrio Gótico, conocía el ambiente nocturno de la zona, se dirigieron allí, entraron en un local a tomar una copa, sentados uno frente al otro, Nicolás le tomó la mano a Úrsula, se miraron a los ojos con ternura, Nicolás le abrió su corazón, era la primera vez que se enamoraba, Úrsula, apretó la mano de Nico, ella sentía algo por el, pero no quería que se hiciera ilusiones con ella, aún no sabía si fijaría su residencia aquí o regresaría a su país, le gustaba Barcelona y más desde que lo conoció a él, pero le costaba acostumbrarse a la modo de vida , en unos días viajaría a Alemania, debía solucionar unos asuntos pendientes allí, entonces decidiría donde ubicarse, Nicolás le rogó que le permitiera conocerla mejor y a la vez lo conociera a él, ella le propuso compartir los días que faltaban hasta su marcha, podían verse todas las tardes, pasar los fines de semana juntos, a Nicolás le pareció bien.
Dejaron el local, se encaminaron a casa de Nico, está noche sería la primera que compartirían.
El piso de Nicolás era sencillo, pero muy acogedor, desde la terraza se veía el mar, se escuchaban las olas de fondo, tomaron una copa contemplando la playa, Úrsula acercó sus labios a los de él, besándose apasionadamente, allí mismo hicieron el amor, para Nicolás era la primera vez que hacia el amor con sentimiento, no simplemente por placer, ambos disfrutaron del momento como nunca, Úrsula permaneció con Nicolás hasta el domingo noche, en este tiempo no salieron de allí, fue un fin de semana de amor y locura.
El lunes, Nicolás debía continuar con su trabajo en la mansión, contaba el tiempo hasta el regreso de Úrsula, pero ella no apareció por la casa, con mucha discreción preguntó al jardinero, este le respondió que esa mañana había regresado a su país, es cuanto sabía, Nicolás desesperado la llamó por teléfono, no le respondió, se contentó pensado que quizás en ese momento no le era posible. Al acabar su jornada, de camino a casa, no dejaba de pensar en aquella mujer, trato nuevamente de contactar con ella, pero no hubo respuesta, esperaría…Una semana después seguía sin saber nada de Úrsula, no era capaz de preguntar por ella a la familia, además de que dudaba quisieran informarle, no era más que un trabajador de paso.
Era sábado noche, Nicolás prefirió quedarse en su casa, no le apetecía salir, Úrsula ocupaba sus pensamientos, pidió una pizza, abrió una botella de buen vino, cenó en la terraza que le recordaba a ella, le parecía escuchar su risa, la esencia de aquella mujer quedó con él, un mensaje llegó a su móvil, solo unas palabras, ’no me olvides’, Nicolás no pudo contener el llanto, posiblemente Úrsula no regresaría, aunque el no dejaría de esperarla…
Magda Jardí
©Derechos reservados
Una mañana salió a ver un trabajo que su primo le encontró, pero se dejó llevar por su carácter iracundo, le pareció degradante trabajar de mozo en un almacén, él era yesero de oficio, salió del lugar como una furia tras agraviar el propietario, de camino a casa entró en unos cuantos bares, llegó a su hogar más bebido que nunca, ensañándose con su esposa y el pobre Nicolás que acababa de llegar del trabajo, los gritos se escuchaban en toda la calle, el muchacho tratando de proteger a su madre, recibió una brutal paliza, a ella de un empujón la tiró al suelo golpeándose en la cabeza quedando inconsciente, Nico, intentaba acercarse al teléfono, iba a llamar a emergencias, cuando llegó la policía avisada por un vecino, su padre fue detenido y su madre ingresada en un hospital, donde permaneció tres semanas, durante el ingreso, orientada por servicios sociales, y tratada por un psicólogo, denunció a su esposo por maltratador físico y emocional, lo condenaron a unos años en la cárcel y ya no supieron más de él.
Desde ese momento, la lucha fue dura en su casa, pero estaban unidos y en paz. Sus vidas cambiaron, pero su infancia ya no regresaría. Los cuatro chicos mayores se casaron pronto, Nicolás se quedó con su madre hasta que esta falleció, con diecisiete años ya era todo un hombre, trabajador y noble, pero sin esperar nada de la vida, tan solo vivirla a su manera.
Durante la semana acudía a su trabajo en una empresa de mantenimiento, como cualquiera de sus compañeros, trabajaba las horas que fueran necesarias, no le gustaba dejar nada a medias, era muy responsable y meticuloso. el fin de semana, era otro hombre, se transformaba en un juerguista, seductor, en ocasiones daba la sensación de ser un truhan, a menudo cambiaba de chica, era muy bien parecido y palabra fácil, eran ellas las que iban tras él, alguna llegó a creer que podían tener algo serio, pero Nicolás tardaba poco en aclarar la situación y ahuyentarlas, no pensaba atarse a una sola mujer, se movía entre distintos locales y ambientes, por lo que si se le complicaban las cosas, desaparecía. Así vivió hasta los casi los treinta y cinco, era el rey de las noches y el que había roto más corazones e ilusiones.
Un día, en su trabajo, lo enviaron a una mansión de la zona alta de la ciudad, donde vivía la familia Sneider , allí conoció a Úrsula, una hermosa mujer, hermana del propietario. Al verla, despertó en el la necesidad de saber más de ella, sabía que no le sería fácil, pero por primera vez no veía a una mujer como un pasatiempos, aunque aquella era inaccesible para él. Úrsula recién llegada de Alemania, se acababa de divorciar, esperaba empezar de cero en Barcelona, permanecería un tiempo con su hermano, mientras se adaptaba a su nueva vida. Nicolás la sorprendió mirándolo, complacida, en apariencia interesada por el, pero no lo tomó en serio, aunque pensó en esperar a ver qué pasaba, si solo buscaba diversión eso tendría, el tampoco, hasta el momento, ofreció nada más.
Pasaban los días, a Nicolás aún le faltaba bastante para acabar con la tarea en la mansión, Úrsula, llegaba de su trabajo en la empresa de su hermano, cambiaba su ropa formal por un atuendo más cómodo y ligero, salía al jardín, allí estaba Nicolás, le saludaba con su dulce sonrisa, sentándose en césped, ofreciendo a Nicolás un refresco, buscando conversación, era ya una rutina. Nicolás se siente muy atraído por aquella mujer de cabello negro y ojos verdes, es tan diferente a todas las que él ha tratado, no lo piensa más, si lo rechaza pues pasará página, la invitaría a salir, a pesar de ser humilde, sabia tratar a una mujer como Úrsula, y así lo hizo, ella aceptó verle el viernes noche, Nico no podía creerlo.
El viernes, a la hora acordada Nicolás espera a Úrsula en la entrada de la mansión, parecía otro, a los cinco minutos sale ella, estaba impresionante, vestida con una blusa rosa y una falda corta blanca, le dedicó una de sus hermosas sonrisas y entró en el coche, el muchacho se preguntaba que buscaría una mujer como ella, de un hombre como el, pero prefirió que la respuesta llegara por si sola. La llevó a cenar a un restaurante de moda en el centro de la ciudad, lo frecuentaban futbolistas y gente del mundo del espectáculo, a Úrsula le fascinó, Nicolás de tanto en tanto cenaba allí con sus amigos. Pasaron una velada maravillosa, después, a Úrsula le apetecía dar un paseo a la luz de la luna, caminaron charlando animadamente , a Úrsula sugirió visitar el Barrio Gótico, conocía el ambiente nocturno de la zona, se dirigieron allí, entraron en un local a tomar una copa, sentados uno frente al otro, Nicolás le tomó la mano a Úrsula, se miraron a los ojos con ternura, Nicolás le abrió su corazón, era la primera vez que se enamoraba, Úrsula, apretó la mano de Nico, ella sentía algo por el, pero no quería que se hiciera ilusiones con ella, aún no sabía si fijaría su residencia aquí o regresaría a su país, le gustaba Barcelona y más desde que lo conoció a él, pero le costaba acostumbrarse a la modo de vida , en unos días viajaría a Alemania, debía solucionar unos asuntos pendientes allí, entonces decidiría donde ubicarse, Nicolás le rogó que le permitiera conocerla mejor y a la vez lo conociera a él, ella le propuso compartir los días que faltaban hasta su marcha, podían verse todas las tardes, pasar los fines de semana juntos, a Nicolás le pareció bien.
Dejaron el local, se encaminaron a casa de Nico, está noche sería la primera que compartirían.
El piso de Nicolás era sencillo, pero muy acogedor, desde la terraza se veía el mar, se escuchaban las olas de fondo, tomaron una copa contemplando la playa, Úrsula acercó sus labios a los de él, besándose apasionadamente, allí mismo hicieron el amor, para Nicolás era la primera vez que hacia el amor con sentimiento, no simplemente por placer, ambos disfrutaron del momento como nunca, Úrsula permaneció con Nicolás hasta el domingo noche, en este tiempo no salieron de allí, fue un fin de semana de amor y locura.
El lunes, Nicolás debía continuar con su trabajo en la mansión, contaba el tiempo hasta el regreso de Úrsula, pero ella no apareció por la casa, con mucha discreción preguntó al jardinero, este le respondió que esa mañana había regresado a su país, es cuanto sabía, Nicolás desesperado la llamó por teléfono, no le respondió, se contentó pensado que quizás en ese momento no le era posible. Al acabar su jornada, de camino a casa, no dejaba de pensar en aquella mujer, trato nuevamente de contactar con ella, pero no hubo respuesta, esperaría…Una semana después seguía sin saber nada de Úrsula, no era capaz de preguntar por ella a la familia, además de que dudaba quisieran informarle, no era más que un trabajador de paso.
Era sábado noche, Nicolás prefirió quedarse en su casa, no le apetecía salir, Úrsula ocupaba sus pensamientos, pidió una pizza, abrió una botella de buen vino, cenó en la terraza que le recordaba a ella, le parecía escuchar su risa, la esencia de aquella mujer quedó con él, un mensaje llegó a su móvil, solo unas palabras, ’no me olvides’, Nicolás no pudo contener el llanto, posiblemente Úrsula no regresaría, aunque el no dejaría de esperarla…
Magda Jardí
©Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario