domingo, 6 de abril de 2014

Tu eres mi motivo.


Caminaban de la mano,siempre sonriendo,en apariencia,vivían un gran amor,eran la imagen de la felicidad.
Después de veinte años de matrimonio ,Lorena y Alfonso parecían recién casados,mostrándose siempre cariñosos,hablándose dulcemente,miradas cómplices,caricias espontáneas,pero tan solo era así en publico,en la intimidad todo cambiaba.
Lorena no tenia nada que ver con la esposa enamorada que todos veían en ella,era una mujer egoísta, manipuladora, autoritaria,con un carácter incontrolable,Alfonso era un hombre tranquilo,trabajador, de gran humanidad, muy sensible, desde que conoció a Lorena su vida fue ella,los primeros años de casados fueron maravillosos,intentaron tener hijos,pero no lo consiguieron,según los exámenes que se hicieron,no había ningún problema,pero Lorena no se quedaba embarazada,así que lo dejaron en manos del azar. Poco a poco Alfonso veía a su esposa distinta,como es sabido el tiempo hace que nuestra esencia vaya saliendo con fuerza,así pasó con Lorena,ella mostraba la parte mas suave de su verdadero yo,así enamoró a su esposo,para ella,Alfonso era un atractivo buenazo con el que viviría bien a su manera,el la adoraba,se ganaba bien la vida,por lo que no le negaba nada,la tenía como una princesa,pero el acabó siendo tan solo el que la mantenía y pagaba sus cambios de humor,realmente Lorena,nunca sintió nada mas que afecto por el,para ella ,era el último tren con el salir del hogar paterno,tras varias relaciones breves y complicadas apareció Alfonso,al que se propuso no dejar escapar,sin pensar que las consecuencias.
En cierto modo,Alfonso era un hombre maltratado psicológicamente, Lorena le gritaba sin motivo,dedicándole calificativos irrespetuosos,se burlaba de el,pero cuando salían a la calle,ella le exigía comportarse como un matrimonio modelo,cara la gente,le trataba con amabilidad,se mostraba un mujer dedicada a  su marido,nadie podía sospechar el infierno que vivía Alfonso,en casa,cada uno tenía su mundo,solo compartían las comidas,cada cual dormía en su habitación y se ocupaba de sus cosas,la comunicación era casi nula,de Lorena solo escuchaba reproches e ironías en los intentos de Alfonso por mantener alguna conversación,a ella no le importaba nada mas que su bienestar,mientras hubiera dinero en la cuenta del que disponer y gastar en lo que a ella le apeteciera,todo estaba bien,pero Lorena no esperaba que su universo se viniera a bajo,pero la vida guarda las mejores cartas para el momento oportuno.
Alfonso,como cada mañana,espera el metro para ir al trabajo,le es mas cómodo y rápido desplazarse así que en su automóvil, a esa hora la circulación es complicada,desde unas semanas atrás,coincide con una mujer  que ha llamado su atención,desde el primer día le dedica una sonrisa a modo de saludo,cada día se encuentran en el vagón y comparten asientos,Alfonso se siente atraído por ella,le parece la mujer mas sencilla y bonita que ha visto nunca,hoy no la ve,algo que le extraña y preocupa,aunque piensa que es una bobada,a saber quien es y que vida tiene,pero no puede evitar pensar en ella durante toda la jornada,a su regreso a casa,no puede sacársela de la cabeza,hoy Lorena está nublada,al verlo entrar,comienza a ridiculizarlo sin motivo,el que no está para tonterías,se sienta a almorzar,sin hacer el menor caso,está intranquilo,al acabar,se va a la salita,quiere ver una película tranquilo,pero Lorena no lo va a consentir,tiene que descargar su ira con el,por una vez,el grita mas que ella,le pide que se calle,que lo deje en paz,iniciando una dura pelea,Alfonso no lo soporta,por lo que se va a dar un paseo,necesita tomar el aire,está saturado de esa vida,se ha convertido en un alma en pena,dos horas después regresa a casa,ella lo mira con desprecio,Alfonso desea que acabe ya el día,mañana espera ver a la mujer del metro.Pasa la noche desvelado,entre el mal estar de su pelea con Lorena y esa desconocida que no deja de pasear por su mente.
Vuelta a la rutina diaria,de nuevo en la parada del metro,esperando a entrar en el vagón de costumbre,allí está ella,suspira al verla,ella le dedica la mas dulce de las sonrisas,Alfonso necesita hablarle,la saluda y se presenta,ella se llama Elena,trabaja en una empresa cercana  a la de el,inician una grata charla,al llegar a su parada,siguen su camino juntos,hasta llegar a la puerta del trabajo de Elena,se despiden con un beso en la mejilla hasta mañana,así durante algunas semanas,en las Alfonso se siente mas cansado de su esposa,su vida familiar,si se puede llamar así,está llegando a su límite,los momentos junto a Elena le parecen una oasis en el desierto.
Alfonso esta dispuesto a solucionar su vida,no quiere ni pensar en seguir soportando aquella situación,ha invitado a Elena a almorzar, con el,le dice a su esposa,que tiene un almuerzo con los compañeros del trabajo,algo que a ella le deja indiferente,necesita abrir su corazón a Elena,ella es una mujer libre y el lo será pronto al precio que sea,aunque nada es tan sencillo como parece.
A la hora acordada,se encuentran en un restaurante de comidas caseras,cercano a la estación del metro,Elena se retrasa unos minutos,cuando llega,Alfonso la espera en la entrada,se besan en la mejilla como suelen hacer,entran juntos al local,se acomodan en una mesa discreta,donde podrán charlar tranquilos,Alfonso le confiesa a Elena las sensaciones que despierta en el,le relata la pesadilla que es su vida,la necesidad de acabar con ella e intentar recomenzar,su deseo de que fuera con ella,el semblante de Elena cambia,deja de sonreír,la propuesta de Alfonso le gusta,pero quizás no sea un buen momento,le pide que se pare a reflexionar,a ella a penas la conoce y la ve distinta a su esposa,la tiene idealizada,le propone dejar de verse durante un tiempo,hasta que el aclare su vida,si ella no está en medio,tal vez entienda que su solución no es iniciar una relación para salir de su oscuro mundo,triste pero convencida de sus palabras,abandona el local,Alfonso,decepcionado,no puede contener las lágrimas,pero acepta que tiene razón.
Caminará meditando hasta su casa,le falta valentía para enfrentarse a Lorena,pero se asfixia con esa mujer,al llegar ella está sentada frente al televisor,ni la saluda,aunque ella va tras el,tira de su camisa para llamar su atención, ya no puede soportar tan malos modos hacia el,la mira desafiante,preguntándole que quiere,ella ríe a carcajadas,alguien lo ha visto en compañía de Elena,lo sabe desde que se conocieron,igual que sabe que su almuerzo de hoy era con ella,Alfonso no lo niega,aunque aclara que ella no quiere saber nada de el,Lorena empuja a su esposo contra la pared,el no esperaba algo así,al estar desprevenido,cae al suelo,golpeándose en la cabeza,durante unos segundos,Alfonso pierde en sentido,Lorena no deja de insultarlo,sin darse cuenta del estado del hombre,cuando se recupera y consigue levantarse,al ver la brecha en su cabeza,no lo piensa,tiene que acabar ahora con ese infierno,prepara su equipaje,por el momento se quedará con su hermano,con la maleta en la puerta,se acerca a Lorena,le dice que se marcha,que la deja,ella se burla y le dice adiós,Alfonso cierra la puerta desesperado,preguntándose que ha hecho con su vida,medía vida compartida con la soledad,el recuerdo de Elena es mas fuerte que nada,necesita tenerla cerca,pero sabe que no acudirá,llama a su hermano Pablo,avisándole que va hacía allá.
Tras una larga charla con su hermano,este queda perplejo,no hubiera imaginado nunca que Alfonso soportara todo aquello,Pablo le aconseja denunciar a Lorena y separarse,no puede regresar con ella,le ofrece su casa,Alfonso llora como un bebé,Pablo le reprocha por no haber acudido a el antes y dejar que aquello llegara a ese punto,el le ayudará en todo.Lo primero acudir al hospital a que le vean la herida,a pesar de las horas transcurridas y la cura superficial,la herida seguía abierta y sangrando,allí le indicaron los pasos a seguir,con el parte del forense podría denunciar a la mujer por agresión,Pablo contactó con un amigo abogado,era claro caso de violencia de genero masculina,comenzaba la lucha por su dignidad y su vida.
Unos meses después,cuando  la vida de Alfonso era tranquila,se liberó de aquel infierno,de esa cruel mujer,Elena de nuevo viajaba en el mismo vagón del metro que el,se miraron,ella se acercó y le saludó como si no hubiera pasado el tiempo,Elena le propuso almorzar juntos,retomar esa cita que dejaron a medias,el aceptó.En el mismo lugar,a la misma hora que tiempo atrás,se encontraron,sentados uno frente al otro,Elena le confesó que siempre estuvo cerca de el,pero en la sombra,cuando comenzó a ver su rostro tranquilo supo que ya había pasado la tormenta en su vida,por lo que ahora si era el momento,si aún lo deseaba,de intentar  un futuro juntos.
Alfonso,la besó en los labios,ella era su motivo.
Magda Jardí
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1 comentario:

  1. ...que pensamientos inmaculados esparces por tus páginas...una lectura fluida..y muy hermosa....Felicitaciones querida amiga...por..." Tu eres mi motivo..."

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