sábado, 15 de noviembre de 2014

La vida es impredecible


Anais, acaba de finalizar su relación de varios años con Cristian, comenzaron a tontear siendo muy jóvenes, eran casi dos niños, con el tiempo sintieron  que no se amaban como para  plantearse un futuro , comenzaron a no sentirse cómodos, Cristian necesitaba más libertad, se sentía atado, prefería pasar más tiempo con sus amigos que con su novia, poco a poco se distanciaron totalmente, estaban juntos sin tener nada de qué hablar, sus mundos ya eran distintos .Cristian era futbolista, juagaba  en un equipo de segunda división, soñaba con llegar lejos, Anais licenciada en literatura, daba clases en un instituto y en sus ratos libres disfrutaba escribiendo, soñaba algún día ser conocida en el mundo de las letras, conseguir publicar algún libro, desde unos meses hilvanaba   una novela, cuando estuviera lista, pensaba  presentarla   a alguna editorial. Una tarde, después de una conversación y de mutuo acuerdo decidieron separarse, con la promesa de seguir siendo amigos, aunque no se vieron más.

Cristian, a los pocos días inició una historia con una  modelo recién llegada al mundillo de la pasarela, la conoció en un discoteca frecuentada por gente del espectáculo, la moda, el deporte, de la que era habitual, en su tiempo libre igual que  algunos compañeros del equipo, Anais se volcó en su novela, salía alguna vez con sus amigas, pero su vida era muy tranquila.
Al año, Anais, leía en una revista el compromiso de Cristian con la  cotizada modelo  Rocío Iglesias, sus planes de boda en pocos meses, las lágrimas rodaron en el rostro de Anais, durante  este tiempo no se acordó de él, pero  al ver su foto con aquella mujer, desfilaron  por su  mente tantos momentos compartidos con él, le parecía tan distinto ,superficial, no tenía que ver con  el hombre  que la había enamorado años atrás, dejó la revista y salió a tomar el aire a la playa, caminaba tranquila, intentó alejar de sus pensamientos  aquello que le dañaba,Tras  una hora de paseo , ya relajada, regresó a casa, necesitaba escribir, se acercaba el final de su novela.

Una compañera del instituto, le facilitó  el teléfono de un amigo editor, le habló  de ella de su proyecto literario que tenía todo para ser un  éxito , Anais llamó al despacho de ese editor, respondió su secretaría, citándola para el día siguiente a las cinco de la tarde.
Vestida de  traje pantalón azul  camisa a  rayas azules y rosas, discretamente maquillada ,acudió a su cita con Jesús, el joven editor, la  atendió la secretaria, una mujer muy seria,  a los pocos minutos, la  hizo pasar al despacho de Jesús, era un hombre cuya simpatía estaba escrita en el rostro, su mirada sonreía, pero al ver a Anais, se le iluminó. Ofreció sentarse  a la muchacha  en un sillón, frente a una mesa de cristal, se presentaron, dos horas después, seguían conversando animadamente, Anais no reía con tantas ganas desde tanto  tiempo, se sentía tan a gusto con Jesús, no había conocido a un hombre tan agradable y correcto ,quizás, desde aquel profesor  suplente de matemáticas, del curso pasado, con el que salió en un par de ocasiones, pero al finalizar  el tiempo de estancia en el instituto, regresó a su ciudad, perdiendo el contacto, al acabar la reunión, Jesús guardó el borrador de la novela, la repasaría y la llamaría por teléfono. Invitó a Anais a cenar con él, quería conocer un poco más a aquella mujer, bella, de cabello negro,  cuya compañía le era tan  grata, ella aceptó, Pasaron una  velada  muy divertida, Jesús, le propuso salir el fin de semana, a cenar y a bailar o  al cine, lo que ella escogiera, Anais ,aceptó encantada, Jesús acompañó a Anais hasta su casa, era muy tarde para que fuera sola, se despidieron con dulce beso en la mejilla, aunque  ambos deseaban algo más ,llegó a casa, alegre como no se  sentía desde ya ni recordaba cuando.
 Al día siguiente relató  lo sucedido con Jesús a su compañera, esta  quedó bastante sorprendida, pues Jesús no mezclaba negocios con su vida privada, era un hombre muy serio en este sentido, Anais había impactado al editor, aunque fue algo mutuo.

El viernes a las ocho Anais, ya preparada ,esperaba a Jesús, se  compró un vestido precioso para ese día, a la hora prevista llamó al timbre, ella bajó radiante, era el primer día de tantos que les esperaban juntos, comenzaron a salir habitualmente,  a los seis meses se casaban ,un mes después, se publicó su novela con gran éxito, que lejos quedaba aquel futbolista con aires de grandeza, que buscaba  la fama  a cualquier precio, pero una lesión le apartó de ese camino de lujo y estrellas, la vida es impredecible.
Magda Jardí

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