sábado, 8 de noviembre de 2014

El momento es ahora.


Son casi las seis de la mañana, aún no amaneció, Dalia despierta, al escuchar el llanto de Jessy, su hijita, comienza a llover, un trueno sobresaltó a la niña ,la pequeña de tan solo diez meses, balbucea `mamá`, Dalia la saca de la cuna y la abraza dulcemente, intentando tranquilizarla, la lleva a su cama, allí se sentirá segura.es difícil la vida de una mujer sola con un hijo pequeño, pero Dalia es fuerte y trabajadora., ella decidió tener a ese bebé sola, aun sabiendo que no sería un camino de rosas, aunque cualquier dificultad era compensada por la sonrisa de Jessy.

El marido de Dalia murió al poco de quedar embarazada, no llegó a saber que sería padre, las lenguas largas, especularon  si era de otro hombre, a estos comentarios Dalia hacía oídos sordos, aunque le dolían profundamente,    para ella era como manchar el recuerdo de Salvador ,su esposo, con él fue muy feliz  en los cinco años que duró su matrimonio ,él era un buen hombre y fue un marido inmejorable ,pero el destino se lo arrebató cuando su felicidad iba a ser total con la llegada de su hija, deseada por ambos ,una cruel y breve enfermedad se lo llevó, Dalia siempre se decía que nada sucede como se planea, por algo tiene que ser, la vida es una sorpresa continua.

Al dar a luz a su hija ,su vida cambió, debía seguir trabajando, por lo que cuando la pequeña cumplió tres meses, la inscribió en la guardería, pensó  que era la mejor opción, sus padres eran mayores, con que la llevaran y la recogieran ya la ayudaban mucho, sus suegros vivían en otra ciudad y desde la muerte de Salvador, el contacto era escaso, a la niña la conocieron  al cumplir  dos meses, viajaron a la ciudad de  Dalia por otros asuntos y aprovecharon para visitarla, aunque por su frialdad, Dalia pensaba que no creían que fuera hija de Salvador, a pesar de tener su misma cara, ella no se lo tenía en cuenta, eran gentes de mente cerrada, de todos modos nunca vieron bien que Salvador se casara con Dalia, les parecía poco para él, no se habían preocupado en conocer bien a aquella mujer, alegre y sencilla, que tan buena vida dio  a su hijo, por lo que Dalia aceptó que acabó la relación con ellos.

Una mañana,  Dalia camina hacia su trabajo, tras  dejar a Jessy  con los abuelos, un coche aparca cerca de ella, conducido por un hombre que le sonríe, no le es desconocido, pero solo lo mira de pasada, tampoco ve bien su rostro, él desciende del vehículo, la llama por su nombre, Dalia se vuelve, es David, un viejo y buen amigo de Salvador , se saludan muy cordialmente, Dalia va un poco justa de tiempo, por lo que, la conversación es breve, se dan los números de teléfono, David queda en llamarla, Dalia sigue su camino, está frente a la puerta de la fábrica donde trabaja, Dalia recuerda tantos detalles de los tres juntos, lo bien que lo pasaban, pero de eso hace tanto, antes de que David se marchará por trabajo a Estados Unidos perdieron el contacto, ella no concia el motivo.
Acaba la jornada por hoy, Dalia sale apresurada, está tarde tiene mucho que hacer, intenta mantener su mente ocupada, es el aniversario de la muerte de Salvador , se siente melancólica y sin ánimos de nada, después de almorzar, va a casa de sus padres a recoger a Jessy, ya ni recuerda el encuentro con David, pasea con la pequeña, es como si no quisiera llegar a casa, cada día siente más su ausencia, la falta que le hace el que fue su único y gran amor. Abre  la puerta con los ojos húmedos, no puede contener las lágrimas, abrazada a Jessy llora desconsolada, preguntándose porqué. Está noche Dalia no consigue dormir ni un segundo, pasa la noche envuelta en llanto, recordando a su esposo, mañana es sábado podrá descansar un poco.

Dalia, se levanta a las ocho, prepara el desayuno a Jessy, que lleva un buen rato, canturreando en la cuna, hoy no tiene previsto salir a ningún lugar, no  hay nada que hacer fuera de casa, tampoco le apetece, a mediodía el teléfono, la saca de sus pensamientos, es David, a Dalia le alegra su llamada, el hombre la invita a almorzar, Dalia le dice que no es posible, tiene a su pequeña, pero si le parece bien , puede ir él a casa con ellas, en media hora David está en la puerta. Pasan un buen día, charlando de tanto, solo llevaba dos días en la ciudad, acaba de regresar de Estados Unidos, desconocía el fallecimiento de Salvador, al saberlo, ha buscado  a Dalia,  en cuanto se ha enterado  de como contactar con ella, así lo ha hecho, solo sabía dónde trabajaba, por lo que cerca de allí la busca, ignoraba la existencia de Jessy ,la presencia de la pequeña    alegra a David, la niña es  un encanto, la dulzura de Dalia con la expresión bondadosa de Salvador,  ese día es el primero de tantos

David, comienza a frecuentar la casa de Dalia, los fines de semana, salen los tres a pasear, en alguna ocasión David, se hace cargo de Jessy, por alguna urgencia que surge a Dalia. David se está convirtiendo en un padre para Jessy, la niña enloquece al verlo, los tres se sienten bien juntos, con el tiempo ya parecen una familia, sin pensarlo así sucede, David confiesa a Dalia que siempre ha estado enamorado de ella, pero como escogió a Salvador , él se retiró, aunque  tenía la sensación de que llegaría su momento,y era ahora,  si ella acepta, el cuidaría de las dos, como siempre soñó.

Seis  meses después  David y Dalia se convierten en marido y mujer, de nuevo llega la felicidad a la vida de Dalia, Salvador, estaba de paso en su vida, aunque lo amó con el alma, su destino era compartir su caminar  con David.
Magda Jardí
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