Alejandra, periodista y gerente de una editorial de renombre, ella es quien representa a su propietario con plenos poderes, Daniel Arnau, un prestigioso escritor español afincando en Estados Unidos desde que contrajo matrimonio con una norteamericana al poco de crear la empresa, su obra literaria, valorada mundialmente, suele inspirarse en los derechos y apoyo a la mujer, al igual que la editorial impulsa a los talentos femeninos que han llegado a lo más alto en el mundo de la letras, como Alejandra, amiga de Daniel desde la infancia, motivo por el que le confió la dirección de su empresa, ella es el enlace entre Daniel y el consejo de dirección. Es una mujer de gran empuje, a pesar de su frenética actividad profesional, diariamente escribe la editorial del periódico, se ocupa de supervisar los textos que llegan y valorar a quienes ofrecer la posibilidad de publicar con ellos, intenta dedicar algo de tiempo a su nueva novela, las reuniones diarias con los periodistas y las semanales con los consejeros, es esposa y madre de dos hijos, ha logrado que su trabajo no afecte su vida familiar, su marido es periodista en el mismo periódico que ella dirige, sus hijos ambos son abogados.
Alejandra recibe una llamada de su doctor, la semana anterior se realizó unos exámenes, se sentía mal, pero lo achacó al estrés, debe acudir a la consulta hoy mismo, es urgente que la vea, a pesar de que intenta tranquilizarla, ella intuye que algo va mal, almuerza con su familia, intenta mostrarse tranquila, pero en su interior habita el temor. Alejandra acude a su cita médica, una hora después deja la consulta con los ojos llenos de lágrimas, le queda poco tiempo, tiene mucho que hacer, a los seis meses, tras una dura lucha, Alejandra fallece, en su último viaje la acompañan muchas personalidades del mundo de las letras, periodistas, escritores, editores, era muy apreciada, además de sus familiares y amigos, un hermoso ramo de rosas azules, sus favoritas llega en nombre de Daniel Arnau, su gran amigo y jefe, la familia , emocionada, agradece las muestras afecto, es una satisfacción ver lo querida que era, además de lo buena esposa y madre, a pesar de estar siempre ocupada, nunca faltó a sus obligaciones personales, educó a sus hijos como a dos grandes seres humanos, en todo momento estuvo junto a su esposo, al que hizo inmensamente feliz.
A la semana de la muerte de Alejandra, su familia recibe una citación de un prestigioso abogado, les comunica que en un mes se abrirá el testamento de Alejandra, además les invita a estar presentes en dos días en la próxima reunión del consejo del periódico, es imprescindible su presencia, sorprendidos se preguntan el motivo por el que deben acudir. Los días pasan, los tres no dejan de pensar si podían haber ayudado más a Alejandra, a pesar de saber que no había nada que hacer, su enfermedad estaba muy avanzada cuando le fue diagnosticada, la arroparon hasta el último segundo, murió sintiéndose amada, no se podía cambiar el destino. Llegó el momento de la reunión, desconcertados entran en la sala de juntas, los consejeros les saludaron amablemente, tampoco entienden por qué habían sido citados, pero como las decisiones de Daniel pueden ser de lo más peculiares…Entra el abogado a la sala, un hombre de aspecto solemne, acompañado de una mujer vestida de traje chaqueta gris, tras presentarse, inician el orden del día, el primer punto es reproducir un cd, en el aparecía Alejandra, la primera nota es para su familia, después en general para todos los asistentes, allí da a conocer que Daniel Arnau no existe, era su seudónimo, muestra un documento acreditativo firmado y avalado por un notario, decidió crear ese personaje en sus inicios en el mundo del periodismo y literatura, con su enfoque hacia la mujer, su lucha por apoyar a las escritoras y elevarlas a lo más alto , siendo Alejandra Puig encontraba más obstáculos que como Daniel Arnau, todo era simple para él y más reconocido, un hombre apoyando a las mujeres escritoras en todos sus campos, ella constaba como gerente y mano derecha de Daniel, al que nadie conocía por residir fuera del país, rogaba a su familia que la disculparan por no haberles desvelado su secreto, pero siempre pensó que era lo más conveniente para todos, la empresa pasa a ser propiedad de sus hijos, ellos la dirigirán, aunque oficialmente es propiedad de Daniel , al igual los derechos de sus obras, tanto las de Daniel, como las de Alejandra, su esposo, ocupará su lugar en la gerencia , los miembros del consejo deben firmar un documento aceptando la confidencialidad de todo lo sucedido en esta junta, se interpondrán acciones legales, su familia pronto conocerá sus última voluntades. Alejandra agradece a todos por su apoyo, sin ellos no habrían llegado tan lejos y espera que todo siga igual aunque ella ya no esté, Alejandra siempre fue una caja de sorpresas, incluso después de muerta.
Magda Jardí
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