Hace mucho tiempo, hombre se cruzó
en mi camino. Era bello, alegre, me enamoré de él.
Cuando comenzamos , aquello era
una fiesta continua, risas, baile, paseos, mimos, besos, amor, pero un día, repentinamente todo cambió ,
empezó a restrasarse a las citas, me hablaba con desprecio, vestía desaliñado.
él era muy cuidadoso con su aspecto, dejo de sonreír, encontraba mil escusas
para no salir a pasear, sentí como si se avergonzará de mí, lo cual me
descolocó, pues soy una mujer que sabe adaptarse a cualquier situación, decidí
preguntar, sin rodeos que pasaba, por qué ese comportamiento, a mi edad se
capta enseguida cuando algo no va bien y más después de una vida difícil, no
supo que responder, se sorprendió de que
fuera tan directa, lo que me demostró que en todo el tiempo que llevaba junto a
mí, no me había conocido nada, siempre voy de frente y no me escondo de dar mis
opiniones., fui yo quien contestó, había otra persona, primero lo negó, pero
sentí que mentía, dijo que pasaba un mal momento nada más, yo sabía que no era
así y eso me dolió más que lo que yo ya
intuía, así seguimos durante unas semanas.
Un sábado por la tarde, me
presente en su casa una mujer, mayor que
yo abrió la puerta, vestida con ropas caras y muy maquillada, al verla supe que ella era el motivo del
distanciamiento, la mujer, con un carácter bastante agrio, me pregunto quien
era yo y que quería de él, le respondí que tan solo comentarle algo, con
desgana lo llamó, él apareció y al verme se ruborizó, no sabía cómo actuar, ella
nos observaba de mal talante, él le
susurró algo que no logré escuchar y salimos a la cafetería de enfrente, debía
aclararme lo que ocurría, yo tenía
razón, esa mujer era su esposa,debido a su trabajo, pasaba muchas temporadas
fuera y en el último viaje,él pensó que ya no regresaría, su relación llevaba
mucho tiempo muerta, por eso, cuando se enamoró de mí, se sentía libre para
comenzar de nuevo, pero repentinamente ella apareció de nuevo, sin darle la opción de
acabar con su matrimonio, el condición social de ella era tal que el debía
callar ante esa negativa, él era una
posesión mas, un compromiso para siempre, lo vi tan poca cosa, la imagen que
tenía de él se vino abajo, solo era un muñequito en sus manos, que intentó
vivir una vida normal conmigo, pero escondiendo sus miserias, por lo que
abandoné el lugar, sin decir nada, me sentí traicionada y decepcionada.
Han pasado meses desde que lo vi
por última vez, me contaron que se acabó con su vida, como cobarde que era,no
fue capaz de luchar, buscar otro camino.
Siempre hay salida ,
pero hay tener el valor de enfrentarse a las situaciones con valentía.
Magda
Jardí
©Derechos reservados
mmmmmmmm siempre en la vida hay muchas obsiones para salir adelante y solo toca ser muy fuerte
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