El día es gris y melancólico Fernando pasea con su pequeño, absorto en sus pensamientos, tan solo pendiente del niño, una voz de mujer lo retorna a la realidad, lo cierto es que su situación no es fácil, solo con su hijo de poco más de un año, no puede evitar pensar en su madre, ella sacó adelante a sus hijos sola e hizo un trabajo excelente, lástima que ya no esté sería su gran apoyo, porque los padres de Ana, su esposa, nunca lo han aceptado y ahora que ella falta se han alejado totalmente ni siquiera se preocupan por su nieto, cuando es lo único que les queda de ella.
La mujer se acerca a Fernando, se da a conocer, es Lola una vieja amiga de Ana, él no la recuerda pero salían en grupo cuando la conoció, eran poco más que unas niñas, Lola no sabía cómo contactar con él, no se atrevió a preguntar a los padres de Ana, recordó que vivía por esa zona, en una ocasión que Ana y ella se encontraron en un centro comercial, Ana resplandecía de felicidad estaba recién casada con él, tomaron café y charlaron , le comentó donde vivían por si un día le apetecía visitarlos, pero Lola solo estaba de paso en Barcelona, vivía en Sevilla trabajaba en un laboratorio farmacéutico, se despidieron y sin darse los teléfonos como pensaban hacer, desde entonces no viajaba a Barcelona, aquí no le quedaba familia, después de diez años había decidido regresar a su tierra en Sevilla no la ataba nada, tras una discusión con su pareja de muchos años cada cual tomó su camino, al llegar a Barcelona por unas conocidas conoció la noticia de la muerte de Ana, ellas desconocían su dirección solo sabían que era cerca de Plaza Universidad, Lola siente la angustia de Fernando, contempla al pequeño Jorge, es un niño precioso, Fernando sugiere a Lola sentarse en un banco, es la hora de la merienda del niño, después el niño se duerme y ellos pueden conversar, Fernando está agotado emocionalmente, necesita de una amiga, Lola lo invita a cenar a su casa, a Fernando no le parece mala idea, pero temprano por el niño, si a ella le parece bien, mejor cenarán en casa de Fernando, Lola acepta con la condición de ocuparse ella de todo, mientras Fernando atiende a su hijo, su baño antes de cenar, le da su comida y lo arregla para dormir, ella se acercará al supermercado y después preparará la cena.
Fernando sonríe después de mucho tiempo con el rostro sombrío, hablan de Ana, Lola quiere saber, ellas fueron grandes amigas, pero sus destinos las alejaron, recuerda aquella tarde en la discoteca cuando Fernando y un amigo se acercaron a su grupo, allí estaba Ana, Lola, Nuria y Tere, los dos chicos iban por Ana, pero ella escogió a Fernando, tenían dieciocho años, desde ese día no se separaron, Fernando se disculpa pero no la recuerda, con Tere siempre han mantenido contacto, es la esposa de su amigo, entonces era una chica muy descarada, que siempre tenía algún dicho para él, Lola le pregunta que pasó con Ana, con la voz entrecortada Fernando comienza a hablar, ‘Ana soñaba ser madre tras cinco años de matrimonio pensaron que era buen momento, en dos meses estaba embarazada, aún se veía más guapa, Fernando suspira conteniendo el llanto, entraba en el tercer mes, se sentía algo indispuesta, tenía cita con su ginecólogo al siguiente día, debían hacerle unos exámenes para asegurarse que todo marchaba bien, el doctor intentó no asustarla diciéndole que era algo rutinario, los resultados llegaron rápidos le diagnosticaron cáncer de cuello de útero, nos explicaron los riesgos, pero la decisión era de ella, Ana siguió adelante con la gestación, estaba convencida de que nada podía pasarle ni a ella ni al pequeño, Ana sufría lo inimaginable y sus padres en lugar de ayudar la hundían más, el parto se le provocó al octavo mes, el tumor crecía, el niño nació bien, a ella debían practicarle un tratamiento extremadamente agresivo, permaneció tres meses hospitalizada, no podía ver a su pequeño, su familia me acusaban de haber permitido esa locura, los doctores aclararon que no había relación el embarazo con la enfermedad, el diagnostico era poco esperanzador, nos permitieron llevar al niño por unos minutos, ella lo vio un momento el día del parto, el bebé cumplía los seis meses y no conocía a su madre,a los pocos días fallecía’, Fernando llora amargamente, Lola le ofrece su ayuda con Erik, ella comenzará de cero en Barcelona, dispone de tiempo libre, sin darse cuenta es medianoche, Lola se va, vive bastante lejos, Fernando se ofrece a llevarla a casa, el niño duerme, pero ella prefiere tomar el metro a que deje al pequeño solo, en la puerta se despiden con un beso en la mejilla.
La amistad entre Lola y Fernando crece, las habladurías también, una tarde Esperanza, la madre de Ana visita a Fernando, ni siquiera pide ver a su nieto, aclara a Fernando el motivo de su visita, le ha llegado el rumor de que ya ha sustituido a Ana por una vieja amiga de ella o quizás de él, Fernando invita a Esperanza a marcharse sin articular palabra, cierra la puerta , la desesperación le vence, acaba de decidir algo que lleva un tiempo pensando, su hermana Celia le propuso trabajar en la empresa de su esposo en una localidad de la provincia de Gerona, ella se haría cargo de Erik estaría en familia, Celia tiene dos hijos de dos y cuatro años y a Fernando le vendrá bien alejarse de todo aquello, llama a Celia por teléfono, solo necesita el tiempo que en su empresa le pidan para dejar el trabajo y viajará hacia allí, no soporta más aquella vida, solo desea un poco de paz y que su hijo crezca feliz, se lo debe a Ana que lo dio todo por el niño.
Al día siguiente, Fernando regresa del trabajo después de recoger a Erik en la guardería, los espera Lola sonriente, dan un paseo, Fernando le dice que el próximo viernes deja Barcelona, Lola lo mira sorprendida, en estos dos meses han pasado mucho tiempo juntos y no le había comentado nada, a Fernando no le apetece esa conversación, prefiere no escuchar algo que no desea saber , pero Lola no piensa callarse, ella esperaba que la viera como una amiga especial, conquistar un amor que en otro tiempo no logró, ella imaginaba unos sentimientos por parte de él que no existían, a Fernando se le acaba de confirmar lo que intuía, Lola lo buscó con la intención de ocupar el lugar de Ana, que como bien le advirtió Tere, Lola marchó a Sevilla para alejarse de ellos no soportaba que eligiera a Ana, siempre se sintió celosa de ella, Ana nunca conoció la verdad del alejamiento de Lola, Fernando le da las gracias a Lola por su compañía en este tiempo, pero será mejor que se marche, la mujer se aleja muy molesta. Fernando mañana por la tarde llevará a Erik con Celia, es mejor pasar solo estas dos semanas, tiene mucho que hacer y le resultaría difícil atender a Erik como es debido, en cuanto dejé atrás esta cruel etapa de su vida recuperará la paz, la que compartía con Ana y a su marcha se llevó con ella, él sabe que Ana siempre estará a su lado, pero la vida continua y hay que seguir el camino que ella va trazando.
Magda Jardí
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Magda, sentimental narrativa nos regalas, amiga, son cosas que se presentan en la vida. Felicitaciones y muchas gracias.
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