Dani duerme tranquilo, Ana lo contempla y a pesar de que las lágrimas luchan por escapar de sus ojos, sonríe, es el vivo retrato de Esteban, piensa lo feliz que se sentiría con él al igual que ella, a pesar de la dura lucha que es ser padre y madre, Ana regresa a la cama, es muy temprano para comenzar su día y más hoy que es sábado y no tiene que salir a trabajar. Ana observa la foto de Esteban que tiene en la mesilla de noche, con su imagen y la sensación de ser abrazada, se duerme plácidamente, Ana se sumerge en el mundo de los sueños…
Ana camina por la playa, como solía hacer con Esteban, allí está él esperándola, de pie, vestido de blanco, ella corre hacia él, se abrazan, Esteban acaricia el rostro de la mujer, le susurra lo hermosa que está, cuanto la añora, de la mano pasean entre las olas, Ana solloza mientras relata a su esposo lo difícil que es su vida desde que él no está, cuanta falta les hace a ella y a Dani, el hombre aprieta la mano de Ana, ojala pudiera estrechar a ese diablillo y decirle tanto, siguen su paseo, Ana es feliz en esos instantes, Esteban la besa en la frente, él siempre los cuidará, la ayudará a hacer de su hijo un buen hombre, pero ella tiene una vida por delante, aunque jamás se olvide de él tiene que vivir y no encerrarse en los recuerdos, tras estas palabras la imagen de Esteban se va desvaneciendo y Ana despierta, lo busca a su lado desesperada, no está allí, es el sueño que se le repite en cada ocasión en que ella se siente desamparada, triste, solo cambia el mensaje de Esteban, Ana piensa que realmente no es un sueño, sino un viaje de ambos a algún punto donde se encuentran , cuando comenzaron estos sueños, Ana despertaba asustada, fue al poco de morir Esteban, ahora ya son habituales incluso Ana los espera, porque los vive como si fueran reales, en esos viajes a donde sea, están juntos, incluso siente los besos.
Hoy Ana comienza el día con más alegría, a pesar de su melancolía, a las diez de la mañana, Dani aparece en la cocina, el olor del chocolate que prepara su madre le despertó, el pequeño abraza a su mamá, le dice al oído cuanto la quiere, el niño le cuenta que esta noche ha soñado con un señor como el que está en la foto con mamá, ella sonríe, Esteban también ha visitado a su hijo, ambos desayunan entre risas, la tormenta ha escampado, Ana decide salir con su pequeño, irán de compras a un centro comercial, entran en una tienda de ropa de niño, Dani ha crecido mucho, hay que comprar ropa nueva, siguen su ruta entre tiendas, Dani se ve feliz algo que hace mucho bien a Ana, es la hora de almorzar, lo harán en un pequeño restaurante que ofrece un menú para niños que a Dani le encanta, ambos charlan, el lenguaje de Dani es divertido para Ana, en ocasiones complicado de entender, aunque Ana lo consigue con facilidad, Dani da un salto de su silla, ha entrado al local una niña, Aida, compañera del colegio con su padre, el niño balbucea el nombre de su amiguita, la niña tira de su papá hacia la mesa en la que se encuentra Ana y su hijo, los dos niños locos de contentos al verse, Ana invita a Nicolás a compartir la mesa con ellos, él acepta, imposible negarse, los pequeños no parecen dispuestos a separarse. Ana y Nicolás, se conocen de las reuniones escolares han coincidido a la salida del colegio en alguna ocasión, él es divorciado, aunque la niña vive con él, la madre renuncio a la custodia, quería vivir libre, no ha visto a la niña desde que se marchó, de eso han pasado dos años, sin esperarlo es el comienzo de una hermosa amistad, Nicolás se había fijado en Ana desde que se cruzaron la primera vez en los pasillos del colegio y los niños corrieron a encontrarse, desde ese día comparten salidas con el tiempo su amistad crece y se transforma en un profundo sentimiento.
Ana y Nicolás han decidido compartir sus vidas con sus pequeños, mañana Ana se traslada al piso de él, esta noche Ana sabe que soñará a Esteban, de nuevo su encuentro en la playa, Esteban al verla la besa, la abraza fuertemente y le dice adiós, ella entre lágrimas le susurra 'siempre te amaré', mientras lo ve alejarse sonriendo, ya no le es necesaria su protección, Ana será feliz junto a Nicolás, Esteban ya podrá descansar.
Magda Jardí
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Excelente.!!!! me encantó......
ResponderEliminarMuchas gracias Marta, saludos
Eliminarcreo que tendré que pasarme por aquí más a menudo jeje
ResponderEliminarEncantada Ruben, vista esta casa siempre que quieras seras bien recibido, saludos
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