Bea y
Oscar, una pareja adolescente, locamente enamorados. Hoy
salieron a cenar, después, piensan dar un paseo por la playa, a la luz de la
luna, a Bea le encanta el mar, a Oscar, le enloquece Bea. Es una niñita
pelirroja, pecosa, de ojos verdes, menudita, parece una muñeca, roza los dieciocho
años, Oscar, corpulento, cabello negro y ojos del mismo color, acaba de cumplir
los diecinueve, forman una hermosa pareja. Bea, comenzó a trabajar en una
peluquería, acabó sus estudios y enseguida
encontró empleo, Oscar lleva un año, de reponedor en unos grandes
almacenes.
La noche es agradable,
después de cenar en un mexicano, cogidos de la mano, caminan despacio por la
gran avenida, conversando y riendo. Bea saluda a una vieja amiga, esta la mira
con un tanto celosa, Oscar tiene muchas
admiradoras, pero desde que conoció a la niña, para él no existía nadie más.
Llegan a la playa, Bea, eufórica, se quita los zapatos, quiere caminar descalza
por la arena, Oscar, la dibuja con la mirada, la desea locamente, no puede
evitar correr tras ella, abrazarla, besarla apasionadamente, ella, le mira
sensual, nuevas sensaciones recorren su
interior, le resulta agradable, la hacen sentirse mayor.
Sentados tras una rocas, Oscar no consigue controlarse más, necesita liberar sus instintos,
se deja llevar, Bea no se resiste, también arde por dentro. Por primera vez
hacen el amor, con tanta pasión como dos adultos, entre gemidos y caricias susurran tiernas palabras, al acabar de
amarse, Bea, desnuda, sin pudor, corre hacia el agua emite destellos de
felicidad, Oscar la contempla, aun la ve
más bella, la sigue, necesita tenerla cerca, a la luz de la luna, desnudos,
juegan en el agua.
Apunta la luz del día,
es hora de regresar a casa, pues está a más de una hora de paseo. Caminan
despacio, como si quisieran inmortalizar esa noche tan especial .Llegan frente al
portal de Bea, ocultos entre los árboles,
se despiden besándose locamente, por la tarde se encontrarán nuevamente, serán
tan solo unas horas separados, aunque les parece eterno. Bea vuelve la cabeza antes de entrar a casa, le regala una sonrisa enamorada.
Ya en su cama, no logra conciliar el sueño, recordando su
primera vez, recibe un mensaje al móvil,
es Oscar, ‘te amo'. Con esas palabras
feliz se dormirá.
Magda Jardí
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