FABIÁN, LADRÓN DE ILUSIONES (CUENTO)
Fabián era un hombre corriente, su vida era simple,
para llenar un poco su tiempo, se dedicaba a moldear el barro. Era conocido por
sus exposiciones, muy seguido por el público femenino principalmente, pues era
de fácil y dulce palabra.
Sus seguidoras le veneraban, las conquistaba, haciéndolas
sentirse especiales, deseadas, adoradas, algunas se llegaban a enamorar de él,
pensando que eran correspondidas, lo mismo le daba fueran maduras, jóvenes, feas,
atractivas, rubias o morenas, el galanteaba con todas, llegando a hablar de
amores en nebulosa, Fabián era un hombre disfrazado de galán, en realidad, era un ser
de poca personalidad y baja autoestima, así se sentía importante.
Cuando alguna de sus damas, le reprochaba tanta mujer
alrededor de el, tan solo decía no son nadie, amigas. Pero algunas eran
avispadas y contactaron, haciendo amistad entre ellas, a todas les regalaba las mismas palabras, como si fuera un
guion aprendido, habían desenmascarado al falso galán, sabían que decirle que conocían
todo, era inútil, pues lo negaría, excusas de malos entendidos, pero en
realidad había robado la ilusión de mujeres que buscaban sentirse valoradas,
así que decidieron alejarse de él. Fabián, quedó sin seguidoras, nadie admiraba
sus obras, ni lo respetaba, acabó como el artista mediocre que era, pero
gracias a sus admiradoras, consiguió un lugar en el mundo del arte, que tal
cual le llegó, lo perdió.
Las malas acciones tarde o temprano tienen su castigo.
Magda Jardí
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