El tiempo dirá la última palabra.

Patricia salía de su trabajo en la oficina como cada tarde,caminaba hacia la parada del autobús perdida en sus pensamientos,su vida era bastante simple,tras un desengaño amoroso en su juventud,se había volcado en su carrera,era arquitecto y había conseguido hacerse cargo de un despacho,a pesar de su serena belleza y que no le faltaban pretendientes,no quiso mas amores con nadie,quizás por que no apareció ese hombre especial para ella. Llegó el transporte,ella siempre se bajaba dos paradas antes de llegar a la mas próxima a su domicilio,le gustaba entrar a una chocolatería recién abierta,muy moderna,con un variado surtido de productos para amantes del chocolate con Patricia,todos los días coincide con otras dos mujeres,comparten ese rato,conversan,algún fin de semana han salido a pasear,Lidia es casada,la otra,María, separada. Llega la hora de marchar a casa,un hombre se acerca a la mesa de las mujeres,es el hermano de una de ellas,su mirada se clava en Patricia,queda como hipnotizado ante aquella mujer,a ella parece que también le ha impactado .Lucas y su hermana se van juntos,Patricia y la otra mujer,son casí vecinas,por que seguirán juntas su camino.Comentan del hermano de Lidia,lo atractivo que es,al día siguiente María le preguntará a su amiga acerca de el. Los dos hermanos van en el coche de Lucas,hacia el domicilio de Lidia,el le comenta a su hermana las sensaciones que ha dejado en el Patricia.Lucas es médico,trabaja en un hospital de la ciudad,además de su consulta privada,ahora está solo,pues acabó su última relación,bastante complicada,aunque espera encontrar a la mujer de su vida y algo le dice que será Patricia. Al día siguiente,de nuevo a media tarde,las tres amigas se encuentran en la chocolatería,María comenzará a preguntar a Lidia acerca de su hermano,unos minutos después,llega Lucas,compartiendo mesa con ellas,le es imposible ocultar su interés por Patricia.Lidia le hace un guiño a María para dejar solos a la pareja,las dos se levantan con la excusa que van a visitar a una amiga común y se van del local. Patricia y Lucas,conversan muy cómodos,incluso pierden la noción del tiempo,no se dan cuenta de que es la hora de cerrar la chocolateria,Patricia ya debería estar camino de casa,como cada tarde,pero que mas da,nadie la espera .Lucas se ofrece a acompañarla ,los dos se suben al coche y en un momento la mujer está en la puerta de su casa,Lucas le pregunta si mañana quiere tomar un cafe con el a la salida del trabajo,en otro lugar,la mujer acepta,pues también el ha despertado algo en ella,hacía mucho tiempo que ningún hombre le hacia sentir tanto bienestar. Patricia amaneció feliz como una adolescente,aunque no esperaba nada mas que una amistad,no pensaba que ya a su edad llegará el amor,estaba radiante,no podía evitar dejar de sonreí.Llegó la hora de salir del trabajo,antes,pasó por el baño,se arregló un poco,y nerviosa,abandono la oficina,en la puerta estaba Lucas,aún se veía mas atractivo,caminaron unos metros hasta el coche de el,se dirigieron a una cafeteria en el centro de la ciudad,un local pequeño,donde podrían conversar tranquilamente,pasó el tiempo veloz,los dos se sentían muy cómodos,la conversación fluía, la complicidad entre ambos era evidente,Lucas,invitó a Patricia a cenar,pues era viernes,no tenían prisa,quería seguir disfrutando de su compañía,ella aceptó,entraron a un restaurante informal cercano donde estaban,disfrutaron de una cena y grata charla hasta cerca de la medianoche.De camino a casa,Lucas le propuso a Patricia compartir un día de playa el sábado,la mujer aceptó,estaría bien.Irian a una localidad a unos km de la ciudad. El día amaneció caluroso,perfecto para la playa,se vistió con una camiseta de tirantes y pantalón corto,sobre su bañador color rosa,a la hora acordada,Lucas llamaba a su puerta,esta muy guapo,con un jersey azul y un pantalón deportivo,iniciaron el viaje,en media hora llegaron a su destino,lo pasaron muy bien,parecían hechos el uno para el otro,ya no había secretos entre ellos,parecía el comienzo de algo especial,el tiempo dirá la última palabra.
Magda Jardí
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