domingo, 2 de agosto de 2015

Nadie decide de quien se enamora



El brillo de la luna entra por el balcón iluminando el salón, Julia corrige los últimos exámenes, quedan pocos días para que acabe el curso y su estancia en la ciudad, regresará a su Barcelona añorada, aunque aquí dejará su corazón enamorado, Julia suspira, ambos sabían que llegaría este momento, pero entonces  se veía muy lejano y se lanzaron a esa locura sin pensar nada más que en disfrutar de aquello tan hermoso como inesperado.

Julia aceptó un puesto interino en un instituto de Madrid, sustituía a un profesor que solicitó excedencia  la propuesta llegó a través de su tío Juan, el director del centro era amigo del hombre, Julia  perdió  su empleo, la escuela en la que trabajaba se vio obligada a  prescindir  de algunos de sus profesores, Julia, desesperada ante la dificultad de encontrar otro trabajo se dejaba vencer por la depresión, había gastos que pagar todos los meses, durante dos años ella solo les hizo frente sin problema pero ahora se le hacía cuesta arriba, sus padres no podían ayudarla, subsistían con la pequeña pensión de su padre, su madre siempre trabajo sin cotizar, lo único que podían hacer por ella era acogerla en su casa. María, la esposa de su tío Juan enfermó, Lucia, la madre de Julia, llamaba a menudo para interesarse por estado de su cuñada, Juan preguntó a Lucia si Julia trabajaba de nuevo, si no era así que lo llamara, era importante, esa misma tarde Julia sonreía , en un par de días debía presentarse en Madrid para ultimar los detalles de su contrato, la vida de Julia daba el giro que ella necesitaba, aunque no imaginaba las sorpresas que le esperaban.

Desde que Nicolás, su compañero durante muchos años ,se marchara casi sin decir adiós ni un porqué, una tarde Julia regresó del trabajo y encontró una nota y las llaves sobre el mueble del recibidor  en la que Nicolás se despedía de ella, a Julia se le hundió el mundo, compartían sueños, proyectos de futuro desde entonces se volcó en su trabajo, no le quedaba nada más, tan solo el apoyo de su familia, al perder el  empleo la acabó de desmoronar, la noticia de su tío fue como una lluvia fresca en verano para Julia, no le importó tener que mudarse  a Madrid, a pesar de que odiaba la ciudad. Esperanzada, el día acordado tomó el tren, en diversas ocasiones había  hecho ese mismo viaje pero hoy era distinto, Julia sentía que una puerta se abría para ella.

Julia llegó a Madrid un miércoles y ese lunes comenzaría  en su nuevo instituto, por el momento viviría en casa de sus tíos, en cuanto encontrara un lugar adecuado a sus necesidades se trasladaría, a pesar de que Juan prefería que se quedará con ellos, entendía que Julia era joven y le apetecía  vivir a su modo, en tan solo unas semanas encontró un pisito perfecto para ella, estaba un poco alejado  pero bien comunicado, justo en frente tenía una estación de metro. Cada mañana, sobre las siete y media bajaba las escaleras de la estación, un día   de regreso a casa, un atractivo hombre le entregó su monedero, al sacar el pase del metro se le cayó sin que ella se diera cuenta, la miró sonriente y se presentó, era Rafa la conocía de verla a diario, al día siguiente se saludaron, realizaron juntos el trayecto, él se bajó una parada antes que Julia, así comenzó su amistad.

Una tarde Rafa la invitó a tomar café, le apetecía conocer un poco a aquella atractiva mujer con la que charlaba todos los días, Julia aceptó, le gustaba la compañía de Rafa, ambos viajaron hasta la estación de Julia, entraron en una cafetería, Julia le contó un poco su historia y como llegó a Madrid, Rafa era casado, su vida era como tantas, su esposa era una buena mujer aunque con los años se había olvidado un poco de él, no tenían hijos, a pesar de ese alejamiento por parte de Olga el seguía luchando por ella, siempre la sorprendía con bellos detalles, ese café de las tardes, acabó siendo costumbre, en pocos meses Julia vivía en las nubes, se había enamorado, aunque intentaba que Rafa no se percatara de ello, aunque él parecía sentir algo . Un viernes Rafa la invitó a cenar, Julia no sabía que decir, la esposa de Rafa estaría fuera de Madrid hasta el domingo noche, Rafa le propuso llevarla a conocer una de las zonas con las tabernas más castizas de Madrid, compartieron una cena inolvidable , después él la acompañó a su casa, hasta su piso, no era nada premeditado, tras de aquella velada de risas, cantos, algún intento de beso no buscado era inevitable que esa noche se dejaran llevar por la atracción entre ambos, sin pensar en otra cosa que sentirse el uno al otro, dieron rienda suelta a la pasión, hicieron el amor hasta el amanecer, Julia despertó entre los brazos de Rafa, complacida lo  observaba dormido, deseando despertarlo a besos, retomar sus juegos, disfrutar aquel momento, Rafa abrió los ojos al ser acariciado por los labios de Julia, la miró sonriente, en unos instantes se amaban nuevamente, llegó la hora de almorzar, no les apetecía salir de casa, Rafa llamó a un catering a domicilio, ese día comenzaba lo más hermoso que jamás imaginaron, ambos sabían que no habría  un futuro tan solo momentos, la estancia de Julia en Madrid era provisional, Rafa tenía una vida, pero esos encuentros serían su mundo.

Desde ese día Rafa hacia lo imposible por estar con Julia, inventar reuniones, compromisos de trabajo, Olga visitaba a sus padres un fin de semana al mes, por lo que viajaba a Toledo hasta el domingo, ellos disfrutaban de su paraíso, el amor entre ellos crecía, pero se acercaba el fin de la estancia de Julia en Madrid, fueron cuatro años especiales, nunca se ocultaron, no era necesario, a pesar de vivir relativamente cerca, paseaban por el centro de la ciudad como una pareja más, cenaban donde les apetecía, se iban a bailar, a Rafa le resultaba muy difícil alejarse de aquella mujer que lo hacía tan feliz, Julia vivía y disfrutaba ella no sería capaz de pedirle nada, sabia por su propia experiencia lo doloroso que es un abandono, pero nadie decide de quien se enamora, el tiempo diría la última palabra. Este fin de semana Rafa lo pasará con Julia, ella tiene algo que decirle, ayer le comunicaron que ya acaba la suplencia, le queda una semana para fin de curso y el profesor al que ella sustituye está de nuevo en plantilla, Julia se ilusionó con la posibilidad se seguir un tiempo más como le dijo el director días atrás, pero no ha sido así.

Julia intenta mantenerse serena pero le resulta imposible, Rafa le propone salir a cenar a un restaurante que a ella le encanta, pero Julia  prefiere quedarse en casa, piden pizza, ella apenas la prueba, el llanto la vence, le dice a Rafa que es mejor dejar de verse esa noche, será más doloroso esperar hasta el último día, Rafa la abraza, no la dejará marchar, ella es el amor de su vida, hablará con Olga, entre ellos no queda nada, está convencido de que ella lo entenderá, convivir con alguien que se ha convertido tan solo en un compañero, que no te une nada, solo recuerdos de otros tiempos y amistad, Julia intenta hacerle ver la realidad, Rafa le propone que ella regrese a Barcelona mientras él soluciona su vida con Olga, el tiempo de separación les servirá para saber si es real ese amor o es una fantasía, él irá a buscarla, ella decidirá, pasan su última noche amándose, por la mañana Rafa la besa y a su pesar  se marcha como ella quiere.

Julia regresa a Barcelona, a su hogar, comienza a buscar trabajo para el nuevo curso, mientras tanto da clases de repaso, sus padres la notan distinta a cuando se fue, pero creen que es por el cambio, ella guarda el secreto, no espera saber de Rafa, lo ama aún más. El tiempo pasa, Julia sigue con su vida llega Septiembre se incorpora a un instituto de secundaria, le resulta fácil encajar con los compañeros, los viernes tarde algunos quedan en una cafetería cercana Julia se une a ellos pasan un rato distendido, entre ella y Mari, otra profesora recién llegada nace un buena amistad, comienzan a salir los fines de semana, los dos han pasado un tiempo fuera de la ciudad y se sienten un poco desubicadas, Julia recupera su alegría, de nuevo trabaja, tiene una  amiga con la compartir sus cosas, pero no logra olvidar a Rafa, en tantas ocasiones se ha quedado a un número de  charlar con él, pero no puede ser, la cordura se lo impide, su mente no cesa, imagina que habrá arreglado su relación con Olga,  prefiere pensar eso, nada más lejos de la realidad

A los pocos días de la marcha de Julia, Rafa se sentia triste, aprovecho un fin de semana en que Olga viajaba a Toledo, Rafa salió con unos amigos, después de tomar unas copas, se fueron a una discoteca, allí conoció a Raquel, en unas semanas se olvidó de Julia, como si nunca hubiera pasado por su vida, mientras ella aún lo llora en Barcelona. Rafa dejó a Olga para irse a vivir con Raquel, Julia simplemente fue un capricho de un hombre que se sentía solo, si Julia hubiera seguido en Madrid posiblemente hubiera sido la otra durante mucho tiempo, Rafa en ningún momento se planteo dejar a su esposa por ella, él sabía que  Julía era una brisa pasajera, difícilmente se quedaría  en Madrid para siempre, alimentaba su ego ver aquella bella mujer enamorada de él, lo cierto es que con ella fue feliz y despertó en él la ilusión perdida tras tanto tiempo de frialdad en su hogar.
Magda Jardí
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