sábado, 21 de marzo de 2015

Cada pieza en su lugar.



Lucia cuenta los días que faltan para que David, su esposo, regrese, es periodista, ha pasado dos años de enviado especial en  Israel, además de recopilar información para un novela que tiene proyectado escribir, está intranquila, al zona donde se halla él, cada segundo que pasa es más conflictiva, los extranjeros viven en peligro constante.
Lucia añora tanto a su esposo, son cinco años de matrimonio feliz, su pena es el no poder concebir un hijo, algo que ambos desean, tras consultar especialistas y realizarse los pertinentes estudios, el diagnóstico es el mismo, ambos están bien, pero son incompatibles, por lo que antes de viajar David, decidieron que a la vuelta, comenzarían a tramitar la documentación para solicitar una adopción.

 Lucia, toma café viendo las noticias de la televisión, una noticia urgente, presta más atención, al escucharla un escalofrío recorre su cuerpo, se ha producido un terrible atentado en el lugar donde David se encuentra, se cree que apenas hay supervivientes, el terror se apodera de Lucia, por su mente cruzan mil pensamientos, una llamada telefónica la retorna a la realidad, es del director del periódico para el que trabaja David, le ruegan a Lucia que acuda sus oficinas, ella se teme lo peor, llama a su hermana Elena, no se ve capaz de ir sola.
En media hora, Lucia y Elena entran en el edificio del periódico, Enrique, el director, buen amigo de David la espera, solo ver la expresión en el rostro del hombre, intuye lo que sucede, su temor se confirma, David ha muerto en el atentando, en un par de días, el cuerpo será trasladado a Barcelona para ser entregado a la familia, Lucia se siente morir al escuchar las palabras de Enrique, este le dice que él la ayudará en todo lo que necesite, él se ocupará todo los tramites. A Lucia se le cae el mundo encima, se repite una y otra vez, por qué aceptó David el puesto de corresponsal, no puede creer que no tendrás con ella, todos sus sueños vuelan, ese hijo que tanto anhelaban, su novela,  que será de su vida, no le queda nada por lo que seguir adelante, solo piensa en morir e ir junto a él.

Un mes después de la muerte de David, Lucia siente como si hubiera envejecido diez años, no le quedan fuerzas, en su mente tan solo la imagen del cuerpo sin vida de David, nada tiene sentido para ella, Elena no la deja sola en ningún momento, vive sola desde que se divorció ,  Enrique se ha convertido en su sombra, los padres de David pasan con ella todo el tiempo que les permite su negocio, pero Lucia tan solo busca la soledad, el llanto es su compañero, su dulce belleza se ha marchitado, ha perdido tanto peso que toda su ropa le queda grande. Elena friega los platos en casa de su hermana, llaman al timbre, es Enrique, tiene algo muy delicado que hablar con Lucia, Elena la avisa, está reposando en la cama, se reúne con su hermana y Enrique en la sala de estar, Enrique le pide que escuche lo que tiene que decirle, con mucho tacto, le cuenta que David tiene un hijo, un niño de dos meses, mantuvo una relación con Fara, una joven Israelí que colabora en la redacción del periódico en Israel,  el fotógrafo que colaboraba con David, que fue quien  dio a conocer la existencia del niño, dijo que David  se acercó a Fara por su parecido con Lucia, a la que adoraba, la nostalgia y la soledad forjaron el camino, David nunca prometió nada a Fara, aunque no descartó la idea  de algún día de llevarlo a Barcelona, donde tendría un futuro, el rostro de Lucia cambia, una mezcla de dolor e indignación se le refleja, ella también murió en el atentado, la familia de Fara no están dispuestos a hacerse cargo del pequeño, lo consideran una deshonra para la familia, Lucia llora desconsolada, Elena reprende a Enrique, no había motivo para darle la noticia a Lucia, Enrique, ruega que le escuchen, el niño ha sido acogido en la embajada española, Pablo, el fotógrafo , se ocupó de entregarlo antes de que la familia materna lo abandonara en un centro de menores de su país, Enrique, había indagado, si Lucia lo reclama puede adoptarlo legalmente, es hijo de su esposo, David se sentiría feliz, sería el niño que tanto deseaban, Lucia necesita tiempo para asimilar todo aquello, había tanto que decidir, Enrique le aconsejo que lo pensara con calma, pero no  demorará mucho en dar su respuesta, el niño tenía que ser ubicado.
Lucia pasó la noche en vela, dando vueltas en la cama, a primera hora de la mañana, llama a Enrique, necesita hablar con él, le pide que en cuanto pueda pase por su casa, el buen hombre no lo piensa, antes de acudir a la periódico, visita a Lucia, ha decidido hacerse cargo del niño,  es lo único que le queda de David, no permitirá que malviva, cueste lo que cueste, borrará de su imaginación  a  David con la madre del pequeño y lo criará como a su hijo, le dará una buena vida y ella tendrá un motivo para seguir luchando, Enrique se compromete a ayudarla en  todas las gestiones, en cuanto llegue a la oficina comenzará a realizar  llamadas.

Aquella tarde, Lucia y Elena, salen a pasear, desde la muerte de David, no sale de su casa apenas, a su regreso, un hombre la espera, es Pablo, el fotógrafo que trabajaba con David, le entrega  una foto del niño, le relata la historia de David y Fara, nunca existieron sentimientos entre los dos, quizás Fara si se enamoró de David, pero él fue sincero con ella desde el primer momento, se dejó llevar, posiblemente fue un error, pero pasó, Lucia con la foto de niño entre sus manos, no deja de mirarlo, mientras piensa ‘ pasó por algo, para que su semilla germinará y darme la posibilidad de  realizar el sueño de ser madre’, Lucia, agradece a Pablo, su visita, todo lo que le ha contado y lo que ha hecho por proteger al pequeño David, que así lo llamará, Pablo se despide de Lucia.

En menos de dos meses, el niño llega a Barcelona, Enrique, ha viajado a Israel a buscarlo, el pequeño al ser  ciudadano español, al nacer David lo inscribió en el consulado de España, fue más sencillo sacarlo del país,  Lucia, espera impaciente en el aeropuerto, al verlos desembarcar, su corazón late con más fuerza, comienza una nueva vida para ella, a pesar del sufrimiento que ha hecho mella en su alma, el vacío dejado por David, el resquemor ante la infidelidad de este, por mucho que intenten maquillarlo, es lo que es, Lucia ha recuperado su paz,  en cuanto coloque cada pieza en su lugar, regresará a su trabajo en la gestaría de su hermana, ahora disfrutará de su pequeño.

Enrique visita con frecuencia a Lucia, desde hace mucho tiempo se siente atraído por ella, quizás desde la primera vez que la vio, en una cena de empresa, poco antes de que David aceptará la corresponsalía en Israel,  aunque no espera que ella se enamoré de él, le basta con que Lucia le permita estar cerca y ayudarla como el buen amigo que es para ella.

Magda Jardí
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