domingo, 26 de octubre de 2014

Una historia de dos.



Después de mucho tiempo en soledad, Víctor tiene una cita, está tarde se verá por primera vez con María, una chica que conoció en Internet, tras dos meses hablando casi a diario, han decidido que era el momento de conocerse en persona, viven en la misma ciudad, por lo que si esta cita resulta favorable, les será fácil verse a menudo, es la primera vez que Víctor queda con alguien de la red, pero en esta ocasión, deja a un lado la desconfianza ante estos encuentros y sus temores, siente que María es mujer seria, despierta en él algo especial.

Víctor, vestido con camisa celeste y un vaquero negro, se dispone a salir, en su interior una mezcla de  sentimientos, inquietud, recelo, ilusión, la esperanza de que ella sea como la intuye, como se ha mostrado en sus conversaciones, teme sufrir nuevamente, como cuando lo abandonó Cecilia, su pareja de muchos años, recordarla le daña  como el primer día.

Una noche, al llegar del trabajo, allí estaba Cecilia esperándole con su equipaje en la entrada, simplemente le dijo que estaba cansada de su vida junto a él,repentinamente, no tenían nada en común,  el aburrimiento la llevó a la cama de un comercial que conoció en su  trabajo, se marchaba con él, deseándole una buena vida, Víctor, sorprendido, confuso, quedó mudo viéndola salir, tras varios intentos de contactar con ella, logró una breve charla telefónica, en la que simplemente le dijo que se olvidara de ella, Víctor trataba que  Cecilia  le aclarará el motivo, porque nunca lo habló con él, pero  solo silencio y el tut tut del teléfono colgado. Un día, al año de la marcha de Cecilia, coincidió en un  supermercado con una amiga de Cecilia, esta al verlo, se acercó a él, ella sabía  toda la historia y pensaba que él tenía derecho a conocerla. Cecilia perdió la cabeza por un tipo, que le prometía  amarla y un día ser parte de su vida  y quedó en cinta, por eso lo abandonó a él sin explicaciones, decidió presentarse en casa del hombre sin avisarle,  llevándose la sorpresa de que era casado, al verla fingió no conocerla,librándose de ella, la había engañado, Cecilia avergonzada y despechada, dejó su trabajo,  marchó a Sevilla, donde  vivían sus tíos, dio a luz a una niña, al poco se casó con un amigo de su primo diez años mayor que ella, Víctor, no podía creer aquella historia, cinco años conviviendo con ella y era una desconocida, desde entonces, se cerró a nuevas relaciones, hasta que apareció María.

Víctor, entra en el bar donde se ha citado con María, tras él llega una mujer morena, el cabello recogido en una larga trenza, luce un bonito vestido corto, color rojo, que resalta su silueta, al verla él se levanta tratando de llamar su atención, pero ella ya se acerca a la mesa, lo reconoce al instante. La tarde pasa veloz, charlan, ríen, se miran a los ojos, Víctor  se siente tan cómodo con aquella mujer, que teme despertar y que todo sea un  sueño, ella es transparente, dulce, sencilla, tal como él la sentía, María, es extrovertida, no oculta la atracción por Víctor, a pesar de que su vida no ha sido fácil, contagia optimismo. Es hora de regresar a casa, Víctor, la acompaña, caminan despacio, sutilmente, él la coge de la mano, ella le mira complacida, al llegar frente al portal de María, Víctor la besa en los labios, ella le invita a subir a su casa, Víctor lo está deseando, pero sus fantasmas pasados aparecen, delicadamente, rechaza la invitación, es tarde, mañana es día de trabajo, María sonríe, lo entiende, para ella tampoco es fácil, pero necesita superar sus miedos, ella vivió una historia de mal trato que de poco no lo cuenta, María, dulcemente, acaricia la mejilla a Víctor y se despide hasta mañana, pero Víctor la abraza, está  enamorado de aquella mujer y no la quiere perder, ella le susurra al oído ‘ es el comienzo de algo hermoso, llegará el momento’, María, entra en el edificio, Víctor se aleja.

Amanece, suena el despertador, Víctor, se levanta a desgana, odia trabajar el sábado, durante toda la mañana, no deja de pensar en María, al salir del trabajo, la llamará, le gustaría pasar la tarde con ella si ella aún quiere verlo,  se le hace interminable la mañana, cuando ve las dos en el reloj, suspira aliviado, se dirige a la puerta caminado rápido, al llegar a la verja allí está María esperándolo, le saluda con  un cordial ‘hola’, él le responde besándola apasionadamente, en ese instante se borró el pasado, un futuro comienza para los dos.

Magda Jardí

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