
La tarde es calurosa Lucia
ve una acogedora terraza desde la que se divisa el mar a lo lejos es
buen lugar para hacer un alto en el camino y refrescarse un poco,
encuentra una mesa que no está a pleno sol, es perfecta, se sienta a
los pocos minutos llega un amable camarero , pide una
cerveza muy fría, busca en su bolso saca una libreta y un bolígrafo
comienza a tomar notas, Lucia colabora en un periódico compartiendo
historias reales inspiradas por su entorno o simplemente relatos
ficticios, regresa el camarero con su pedido, mientras disfruta de su
cerveza contempla el paisaje, la gente que va y viene diversas
situaciones ante ella, comienza a escribir sin
darse cuenta que a pocos metros un hombre la observa, absorta en sus
pensamientos concentrada en las letras que van fluyendo cuando un
saludo la retorna a la realidad, levanta la vista un tanto turbada
frente a ella el rostro sonriente de un hombre se presenta su nombre
es Carlos ha visto a Lucia allí sentada y se ha atrevido a acercarse
ella encoje los hombros no recuerda conocerlo le resulta simpático
por lo que acepta que se siente con ella nuevamente se acerca el
camarero a la mesa .
La conversación fluye
entre ellos Lucia con la ayuda de Carlos recuerda de que se conocen
coincidieron en una ocasión en un evento literario ,él es escritor,
les presento el entonces compañero de Lucia eran buenos amigos
mantuvieron una breve charla Cesar, su pareja, lo alejó de ella con una absurda
escusa, los celos enfermizos de Cesar la limitaban mucho en sus
relaciones sociales, Carlos se sintió profundamente atraído por
aquella mujer aunque no volvieron a encontrarse siempre la recordó.
Carlos le pregunta por
Cesar hace meses que no sabe de él no le respondió a sus últimas
llamadas telefónicas, Lucia baja la vista Cesar se alejó de ella
sin ninguna explicación tan solo dijo que su vida junto a ella
llegaba a su fin sin más palabras recogió sus pertenencias y se
marchó de eso hace ya un año parece que se lo ha tragado la tierra
porque nadie tiene noticias de él, a Carlos le sorprende ese
comportamiento no es propio del Cesar que él conoce pero las
personas cambian y no siempre para bien.
El tiempo vuela cuando se
está cómodo piensa Lucia sin darse cuenta ya anochece es hora de
regresar a casa mira a Carlos y se lo dice, él sonríe le propone ir
a cenar algo no tienen prisa, a ella le parece buena idea, pagan la
consumación y dejan el lugar, a pocos metros hay un local de buenos
bocadillos Carlos le sugiere entrar allí a Lucia le parece bien,
buscan una mesa libre a esa hora es difícil pero en un rincón encuentran una, toman unos bocadillos y una jarra de sangría, la velada es
muy amena se sienten muy a gusto a pesar de que son casi
desconocidos, Lucia mira el reloj en la pared frente a ellos es ya muy
tarde ella vuelve a casa en metro debe irse ya Carlos le sugiere que
espere y él la acercará en su coche.
Carlos llega con el
vehículo, Lucia vive bastante lejos de allí en unos minutos están
en su portal, se despiden con beso en la mejilla a pesar de que a
ambos les apetece seguir conversando intercambian sus números de
teléfono, en el momento en que Lucia desciende el automóvil Carlos
la invita a comer al día siguiente ella acepta, realmente ha sido un
grato encuentro. Lucia entra en casa ensimismada se asea y se acuesta
no le es fácil conciliar el sueño los pensamientos se amontonan,
recuerda el rostro de Cesar con su severidad habitual ya no recuerda
que la enamoró de él se pregunta si realmente lo estuvo él de ella
o simplemente fue un capricho jamás conocería la respuesta ella
siempre creyó que si la hubiera amado seguiría junto a ella aunque
quizás para ella lo mejor fue su partida ahora su vida era apacible
algo a lo que no pensaba renunciar.
La luz del día entra por
la ventana de Lucia despertándola, despacio se levanta de la cama
necesita un café, sentada en la cocina frente a una humeante taza
cuando suena el teléfono es Carlos, Lucia sonríe, piensa que será
para darle los buenos días responde pero su sonrisa se borra al
escuchar el tono serio de Carlos anula su cita queda pendiente ya la
llamará, a Lucia no le gusta lo que acaba de suceder decide que nada
le amargará el domingo, se da una ducha se viste con un vaquero y
una blusa a rayas rosas calza sus sandalias se cuelga el bolso y
sale a la calle como estaba previsto se ha habituado a la soledad.
Camina hacia la playa
siente el agradable abrazo del sol , piensa que todo pasa por algo
ese encuentro con Carlos y su cita anulada es un mensaje que ella
debe interpretar, en este momento no merece la pena gastar energía
reflexionando ni buscando respuestas que solo el tiempo le dará,
entra a un restaurante que le encanta almorzará tranquilamente y
después quizás vaya al cine, no hay que depender de nadie para
disfrutar de la vida que pasa veloz cual tren que para una sola vez
en cada estación si no te abre las puertas no es para ti
y hay que seguir avanzando valorando cada instante como único.
Magda Jardí
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